Risk of Parkinson Disease in Individuals With Autism Spectrum Disorder
Yin W, Reichenberg A, Schnaider Beeri M, et al. JAMA Neurol. Published online May 27, 2025. doi:10.1001/jamaneurol.2025.1284
¿Por qué?
El trastorno del espectro autista afecta al 2% de los niños a nivel mundial y tiene un componente genético con el 80% de heredabilidad, también influyen factores ambientales A medida que los niños con TEA llegan a la edad adulta, la comprensión de los riesgos para la salud a largo plazo, incluyendo enfermedades neurodegenerativas como la EP, cobra cada vez mayor importancia.
La EP afecta al 1-2% de la población e implica la pérdida progresiva de neuronas productoras de dopamina, lo que provoca síntomas motores y no motores. Existen vías biológicas compartidas entre TEA y la EP, especialmente relacionadas con la dopamina y factores genéticos como el gen PARK 2, vinculado a la EP de inicio temprano.
Ningún estudio longitudinal ha explorado aún si el TEA aumenta el riesgo futuro de EP. Este estudio busca analizar si las personas con TEA tienen un mayor riesgo de desarrollar EP en etapas posteriores de la vida, considerando factores de confusión como el sexo, el nivel socioeconómico, los antecedentes familiares de enfermedades mentales o EP, el parto prematuro, la depresión y la exposición a medicamentos.
¿Qué hicieron?
Se realizó un estudio de cohorte prospectivo de base poblacional a nivel nacional utilizando datos de los registros nacionales suecos. Se incluyeron todas las personas nacidas en Suecia entre 1974 y 1999, con seguimiento desde los 20 años hasta el 31 de diciembre de 2022, y con datos completos de covariables. El análisis se completó en agosto de 2024. El seguimiento comenzó a los 20 años, ya que la enfermedad de Parkinson (EP) se manifiesta en la edad adulta, y continuó hasta el diagnóstico, la muerte, la emigración o el final de 2022. Los diagnósticos de TEA (Trastorno del Espectro Autista) se obtuvieron por primera vez del Registro Nacional de Pacientes de Suecia.
Durante un seguimiento de hasta 30 años, se detectaron 438 casos de EP en individuos sin TEA y 24 casos en individuos con TEA. La tasa de incidencia de EP aumentaba con la edad y era consistentemente más alta en las personas con TEA en todas las edades. Tras ajustar por múltiples factores individuales y familiares, el riesgo de desarrollar EP en las personas con TEA fue aproximadamente 4.5 veces mayor (RR: 4.43-4.59 en diferentes modelos).
Varios análisis complementarios confirmaron la robustez de estos hallazgos, y no se detectaron diferencias significativas en el riesgo según el sexo o la historia familiar de enfermedad de Parkinson, ni al ajustar por medicación antipsicótica, depresión u otros factores. Esto sugiere que el aumento en riesgo de EP en personas con TEA es consistente y no explicado por estas variables.
¿Qué aporta?
En conclusión, el estudio estos hallazgos sugieren una posible etiología compartida entre los trastornos del neurodesarrollo y la EP. Posiblemente, se justificaría una mayor concienciación sobre las afecciones neurológicas a largo plazo en personas con TEA.